jueves, 12 de julio de 2012

Agustin Tosco (con Hector, su hijo)

“Nuestra experiencia nos ha enseñado que, sobre todas las cosas, debemos ser pacientes, perseverantes y decididos. A veces, pasan meses sin que nada aparente suceda. Pero si se trabaja con ejercicio de estas tres cualidades, la tarea siempre ha de fructificar, en una semana, en un mes, en un año. Nada debe desalentarnos. Nada debe dividirnos. Nada debe desesperarnos. Agustín Tosco” 



 PODES ESCUCHAR EL PROGRAMA

 

  DESCARGA DIRECTA DESDE AQUI

 A primera hora de la tarde del 6 de noviembre de 1975, el cordón industrial de Ferreira, provincia de Córdoba, se paraliza. Los trabajadores se concentran en el club Redes Cordobesas. Se agolpan en su interior, mientras afuera se desata una terrible tormenta de lluvia y granizo. A las 17.30 una multitud parte desde el club hacia el cementerio de San Jerónimo. El gobierno de Córdoba nombrado por el presidente Perón en 1974, producto de la asonada nazi fascista de Navarro y Lacabanne, manda a la policía a vigilar el cortejo. Un helicóptero sobrevuela la zona. Desde un Fiat 600 se arrojan dos bombas de estruendo y comienzan a sonar cientos de disparos. La multitud, presa del pánico, comienza a correr en todas direcciones buscando refugio. Así fue el sepelio de Agustín Tosco, obrero clasista y revolucionario, cuya figura honesta e inclaudicable, y pensamiento socialista adquieren hoy nueva relevancia transformándose en un llamamiento a recuperar la acción, la ética y la conducta en el sindicalismo y la acción gremial y política. Agustín Tosco había nacido en el año 1930 en Moldes, Provincia de Córdoba. A los 18 años comienza a trabajar en EPEC, la compañía de electricidad cordobesa, un año después es elegido subdelegado y a los 20 ya es delegado de los trabajadores. En 1954 es elegido Secretario General del gremio de Luz y Fuerza de Córdoba, cargo que mantendrá, con las interrupciones impuestas por las intervenciones, hasta el fin de su vida. Integrará las comisiones de lucha en la resistencia posterior al golpe de Estado de 1955, y antes del Cordobazo ya había sufrido varias veces la cárcel y la persecución. Agustín Tosco fue un dirigente popular de trascendencia internacional y muy respetado por su entrega al sindicalismo reivindicativo y su constante ejemplo ético. Logró construir un sindicato combativo, con gran capacidad de movilización, al integrar una dirección pluralista, integrando a dirigentes y militantes radicales, peronistas, socialistas y comunistas, impulsando no solamente reivindicaciones laborales sino también sociales, políticas y populares de la ciudad de Córdoba. Fue el principal impulsor de "el Cordobazo", la huelga general popular que tomó las calles de Córdoba y provocó la caída de Onganía en 1969. La represión fue terrible: hubo 34 muertos por la policía y más de 1000 detenidos. Tras el Cordobazo, Agustín Tosco es detenido junto con la dirección del sindicato y se le hace un Consejo de Guerra, donde es condenado a 8 años y 6 meses de cárcel. Permanece varios meses preso, pero las movilizaciones populares logran su excarcelación, siendo liberado el 6 de diciembre del mismo año. Al llegar a su ciudad grita el histórico: “¡Abajo la dictadura, el pueblo es quien nos ha liberado!”. En 1970 asiste a la asunción del mando del presidente socialista Salvador Allende en Chile, con quien entabla una amistad duradera. En marzo de 1971 se produce un nuevo alzamiento popular en Córdoba, conocido popularmente como el Viborazo, la respuesta del movimiento obrero cordobés a la orden de detención de sus principales dirigentes sindicales y políticos ya que el interventor provincial, había afirmado su “deseo de cortar de un solo tajo la cabeza de la serpiente marxista infiltrada entre los cordobeses que perturban la Revolución Argentina”. Un mes más tarde, es nuevamente encarcelado, esta vez será por 17 meses y está en el penal de Rawson. Ese año se levanta la intervención del sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba y Agustín Tosco se presenta, ganando las elecciones sindicales desde la cárcel. En agosto de 1972, estando Tosco preso en la prisión de Rawson, se produce el intento de fuga y posterior masacre de un grupo de detenidos políticos en la base naval de Trelew y él es el único orador desde la cárcel, que rinde les homenaje. Debido nuevamente a la presión popular, Tosco recupera la libertad a fines de ese año y continúa desarrollando su actividad sindical alcanzando un amplio protagonismo a nivel nacional. Tras la muerte del presidente Perón su sucesora interviene nuevamente el Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba. Esta intervención provoca que Agustín Tosco, constantemente amenazado, se viera obligado a vivir en la clandestinidad. Apoyado por los trabajadores de Luz y Fuerza, que aportan plata y lo esconden en diversas casas de militantes, no dejó de dirigir la actividad política del sindicato. En estas terribles condiciones, se enfermó gravemente a causa de una infección, y a pesar de los esfuerzos de sus compañeros y que fue trasladado a Buenos Aires, la infección se había extendido y muere de septicemia. Tenía 45 años. Antítesis del burócrata sindical, Agustín Tosco luchó por la unidad de clase de los trabajadores y por eso no vaciló en abandonar la CGT oficialista, contribuyendo a crear la CGT de los Argentinos y posteriormente "Movimiento Sindical Combativo de Córdoba" y luego, ya en la clandestinidad, la "Mesa de Enlace de Fábricas en Lucha". Consideraba que había dos tipos de sindicalismo: el "participacionista", que pactaba con las patronales y el gobierno para entregar las luchas, y el "sindicalismo de liberación", de contenido clasista y proyección política, basado en el rol independiente de los trabajadores para luchar contra el modelo y el sistema, por la sociedad socialista. Influyó notablemente en el movimiento estudiantil, retomando las banderas de la Reforma del 18 e instándolo a convertirse en una fuerza social dinámica que uniera su destino al movimiento popular en lucha fuera de los muros de la Universidad. La actualidad del pensamiento de Agustín Tosco es evidente ya que se centra en la lucha contra la dependencia y en la necesidad de articular un espacio político para enfrentarla y derrotarla, y en su definición de que no puede haber democracia política si no se democratiza la economía.

Mas Info en:

Elortiba.org
Atrapados en Radio
Blog Agustin Tosco
Agustin Tosco.com


El 29 de enero de 1974 la Triple A difunde en Buenos Aires una “lista negra” de personalidades que “serán inmediatamente ejecutadas en donde se las encuentre”. La lista incluye a Hugo Bressano (Nahuel Moreno), dirigente del PST, Silvio Frondizi, Mario Hernández, Gustavo Roca y Mario Roberto Santucho (dirigentes del PRT/ERP); los dirigentes sindicales Armando Jaime, Raimundo Ongaro, Rene Salamanca (PCR) y Agustín Tosco; Rodolfo Puiggros – ex rector de la UBA – Manuel Gaggero (director del diario El Mundo), Roberto Quieto (dirigente de Montoneros), Julio Troxler ex subjefe de policía de la Pcia. de Buenos Aires y cercano al Peronismo de Base; coroneles Perlinger y Cesio, Monseñor Angelelli; senador nacional Luís Carnevale y otros, la mayoría de los cuales serían asesinados en el futuro cercano.













Por Osvaldo Bayer

Qué alegría profunda. Poder verlo de nuevo a Agustín Tosco en el video documental Tosco, grito de piedra, de Adrián Jaime. Tosco, como siempre, lleno de vida, saludando con el puño izquierdo cerrado. Oírlo en los grandes mitines de la gloria de los obreros de aquellos tiempos. Hablar claro, decir la cosas sin temor a las calificaciones partidistas. Agustín Tosco, el mejor líder obrero que conocí en mi vida. Un Hijo del Pueblo.
Los monumentos en la Argentina no están para los hacedores de la dignidad y de la solidaridad sino para los generales genocidas, como aquel del “desierto”. Para los héroes del pueblo, y más si es bien de abajo, no hay monumentos. No, ahí, en este documental, aparece tal cual fue: con su ropa humilde, con su rostro al frente, con su palabra clara, absolutamente clara y sus propósitos de llevar justicia a todos los barrios.
Lo conocí en el congreso organizativo de la CGT, en 1956. Congreso que era nada menos que presidido por un capitán de navío, Patrón Laplacete. Nada menos. Las Fuerzas Armadas con el automandato de ser ellas las que dictaban la vida obrera. Realidades argentinas. Pero también ese dirigente obrero de 26 años, allí con esa claridad y ese coraje civil a toda prueba: no, señores,así no se hacen las cosas. Ni con bombardeos, ni a balazos, ni con cárceles, ni dictaduras uniformadas. Sí con asambleas y con marchas por la calles. A los 27 años de edad ya era secretario general de Luz y Fuerza de Córdoba.
El film sobre él nos trae los momentos fundamentales. Tosco en las calles del Cordobazo, Tosco en las asambleas obreras, Tosco en los actos con miles de obreros y estudiantes. Su palabra. Un país para todos, con pan para todos, con techo para todos, con escuelas para todos. Y fundamentalmente con trabajo para todos, y allí, los obreros, sí el trabajo, pero también cultura, y las horas de descanso para la cultura, jugar con sus niños, el amor con sus mujeres. Agustín Tosco, cariñosamente “El Gringo”. Querido para siempre, para siempre en el recuerdo.
Voy en busca de algo que escribí hace doce años. Cuando los “gordos” de la CGT trataban por todos los medios de ningunear la figura más limpia de la historia sindical argentina de las décadas del ’60 y del ’70. Y lo dije así: “Tosco no era antiperonista, era antiburócrata. Un enemigo acérrimo de la burocracia sindical. Porque justamente allí, para él, estaba el cáncer del movimiento obrero: la falta de democracia de base, el caudillismo, la prebenda, el acomodo, en fin, la corrupción”. Barrionuevo, un símbolo de todo eso. “Es decir, el fiel reflejo de la falta de democracia interna que perennemente habían padecido los dos partidos clásicos de la política argentina.” Y en esto no fue con eufemismos. Siempre los denunció, sin pelos en la lengua, con el adjetivo que los pintaba de cuerpo entero. Basta con dos ejemplos. Dijo Tosco, textualmente: “Rucci y sus discípulos son prisioneros por sus compromisos con los detentadores del poder, presos de la custodia que les presta el aparato policial; presos de una cárcel de la que jamás podrán salir: la de la claudicación, indignidad y participacionismo”.
Hombre fundamental en el Cordobazo, una de las rebeliones justas más increíbles de la historia de nuestro pueblo. Obreros y estudiantes. Lucha a brazo partido contra el Ejército. Y esto aparece en el film en escenas que muestran todo el arrojo de la gente para terminar con las humillaciones. Son muy sentidas las intervenciones de los testigos, protagonistas muy cercanos a este luchador de abajo, cuando relatan las características personales de Tosco en esos días. Por supuesto, la cárcel. Las injustas detenciones bien prolongadas que sufrió este dirigente de Luz y Fuerza. Condenado a ocho años por un tribunal militar, recuperó la libertad a los diecisiete meses. Sus cartas: nunca vencido, nunca lágrimas, siempre esperanzas.
Trelew. Cuando el golpe contra la cárcel que liberó a dirigentes del ERP trató de liberarlo también a Tosco, él se negó. Creía más en la fuerza de sus compañeros de las fábricas que obligarían a la dictadura militar a finalmente dejarlo en libertad. Un momento indescriptible cuando sale, por fin, de atrás de las rejas para respirar nuevamente el aire de la libertad.
El retorno de Tosco a Córdoba fue triunfal.
Y seguirá siendo él mismo un dirigente sindical que primero trabajaba y luego era dirigente, sin ningún dinero adicional, ni auto con chofer. Su línea fue clara: alianza con los peronistas surgidos de la base y repudio valiente a los peronistas del populismo demagógico y corrupto. No a Osinde, a López Rega, a Otero (a) “Oterito”, el ministro de Trabajo, que una vez dijo: “Si el general Perón me manda a limpiar su baño, voy y lo limpio”.
Pero cuando Rucci, el secretario general de la CGT oficialista, cae víctima de un atentado, Tosco será el primero en estar contra esa acción. Dirá: “Nuestro gremio, Luz y Fuerza, denunció permanentemente a la burocracia sindical cuyo principal exponente era José I. Rucci. Mas ello no llevará a nuestro gremio nunca a la acción de los atentados personales para desembarazar al sindicalismo argentino de tránsfugas y traidores. Sólo la lucha por la plena democracia sindical de bases se considera camino apta para la autodeterminación de los trabajadores. Por eso se condenó abiertamente el asesinato del secretario general de la CGT Nacional”. Como se ve, lo denomina taxativamente asesinato.
Pero, igual, la persecución a Tosco por parte del gobierno justicialista de Isabel va a ser despiadada. En octubre de 1974 es intervenido el sindicato de Luz y Fuerza, Tosco va a pasar a la clandestinidad, perseguido. Es cuando se va a enfermar y no se lo puede internar, porque iba a ser ejecutado cuando se supiera el lugar donde se encontraba. Es atendido por amigos médicos que también se juegan la vida. Hasta que Tosco muere, el 5 de noviembre de 1975. Tenía apenas 45 años de edad.
Pero ahora vendrá lo peor. A su entierro irán miles de cordobeses. A pesar de las amenazas de la Triple A gubernamental. Cuando comenzaron los discursos de despedida, comenzó la venganza del régimen. Desde los techos, a balazos, la policía y sus ayudantes. La violencia extrema. La gente tuvo que huir. Quedó el cementerio sembrado de zapatos, carteras de mujer, paraguas. El poder corrupto se despedía de quien sólo quería un país justo para todos.
Pero siempre el tiempo hace justicia. ¿Quién respeta hoy a ese gobierno corrupto hasta la médula de los huesos, quién se acuerda de sus represores? Serán maldecidos por todos los tiempos. En cambio, la figura de Tosco emerge cada vez más en la esperanza de que vengan otros como él. El film nos permite conocerlo más, estar otra vez con él. Ver su fuerza. Y sus triunfos, a pesar de los corruptos, de los traidores, de los deshonestos, de los uniformes. Tosco, grito de piedra. El espontaneísmo de las masas. El Cordobazo. La honestidad, la humildad. La enorme fuerza que le dio el ideal de soñar con una sociedad sin hambre y sin explotación. Sí, repitámoslo: un Hijo del Pueblo.




Acto muy emotivo. La escuela media número 2 de Villa Pueyrredón fue bautizada con el nombre de Agustín Tosco. Para celebrar el evento se hizo un acto muy emotivo. Aquí la cobertura de la jornada.

No hay comentarios: